Verdadero disco de debut de Apurtu si descontamos la maqueta «Apurtu» (1998), que también se grabó en los estudios de David Vidaurre, los denominados Más Tabaco Producciones. Se registró en marzo de 2001 y pilló a la banda atravesando un momento complicado, con tensiones internas considerables.
Con un sonido que mejoraría en entregas posteriores, quizás estemos ante la etapa de música más dura del grupo. Desde el arranque de «Non dago Wally?«, con maneras de punk rock correoso, lo cierto es que el disco suena arisco en su mayor parte, con «Beldurra» como el momento duro.
La portada, ilustrando el momento de tortura interior que sin duda debió de pasar el joven que escribía a Aitor desde el módulo de aislamiento para delincuentes comunes de Asturias en el que le tocaba sobrellevar los demonios personales de su drogadicción, tiene mucho de la del «Inadaptados» (Ohiuka, 1986) de Cicatriz. Abre paso a una línea con cierta dosis de agonía que vertebra las letras de canciones como «Segi«, «Ximonen abestia«, «Noraezean» o «Beldurra«. Debates internos desde las profundidades de una sima de desánimo y desesperanza, mares de dudas sin respuesta, caminos sin rumbo por calles invernales y miedos ante el asesino. Exploraciones de infiernos personales con pocos antecedentes en el punk, salvo contadas excepciones como Vómito o la incursión más intimista en el mundo de la pesadilla que hicieran La Polla Records en aquel «Donde Se Habla» (Ohiuka, 1988). Apurtu parece hacer aquí sus primeras pruebas antes de utilizar esta vía en composiciones mucho más intimistas en futuros trabajos.
La crítica del ya mencionado «Non dago Wally?» (¿Realmente te preocupas en buscar al personaje de tebeo que se esconde en las multitudes? ¿Por qué no hablar sin embargo de los miles de desaparecidos de Chile, Suráfrica. ..?), «A.H.T. Puaj!«, «Zerri Zikin II» o «Apurtu eta apurtu» es mucho más tangible, apunta a blancos mucho más terrenales: gobiernos represores, tecnología y progreso deshumanizante, fuerzas del orden y gritar las ganas de pegarle fuego a todo. Incluso la violación: «Bortxaketa«.
Hay hueco también para el amor «Laino txiki baten» (que por eso suena alegre) y lo que bien podría tener algo de gamberrada: «Maruxiña» mezcla el clásico del cancionero gallego con aires de Sex Pistols y las críticas al bar de «Kroketas» recuerdan a los Decibelios más festivos.
Llama la atención el tono casi de piratas o fiesta medieval con el que suena «A.H.T. Puaj!«, las guitarras casi con maneras legendarias de los Clash de «Ximonen abestia» (tema que recuperarían para el siguiente disco) y la transición del reggae a un ritmo duro y rápido de «Apurtu eta apurtu«.
De entre los extra que añadieron, el «¿Dónde están?» de Anti-Régimen.
Gran disco.