Un single que evidencia que José Guardiola estaba perdiendo el sitio. Siempre que se pronuncia el nombre “Isadora”, algún enterado añade Duncan y nombra a la famosa bailarina. Pero nada de eso. La tal Isadora de esta canción es una tía pesada que uno agradece que se haya marchado de la vida del cantante y de paso de nuestro tocadiscos.
Tampoco levanta cabeza la cara B con una canción pasada de moda y difícilmente aguantable. Una especie de recitativo cansino que uno olvida. Recuerda las cosas menos agradecidas de, por ejemplo, un Armando Manzanero. Dice su estribillo: “Hoy el mundo se ha olvidado de la música”. No es de extrañar que canciones como ésta cayeran a toda velocidad en el olvido.