El debut de Indómitos de la mano de El Beasto son estas doce canciones en las que la banda hace un despliegue intensivo de ruido, oscuridad y mala leche. Desarrollan todo su imaginario privado plagado de bichos raros y mujeres fatales salpicados por la sangre, el odio y la muerte; pero lo hacen sin perder en ningún momento el sentido del humor. Canciones breves, directas marcadas por una instrumentación sencilla pero enérgica y los estribillos pegadizos. El sonido pasa del punk al psychobilly o al noise rock con una facilidad pasmosa.
Comienzan con los tintes oscuros minimalistas de “El rapto”, recordando a unos Parálisis Permanente, experimentando con un pedal de distorsión. “Sangras, amigo” es puro rock & roll, un corte sobre los peligros de que la gente te mire mal por la calle y al llegar a casa encuentres la pared llena de cuchillos.
El psychobilly llega de la mano de “Manipular” -brillantes los tratamientos de las cuerdas- y la luminosidad más oscura con «Nada más» y con ese retrato a los tipos ensimismados con vocación de psicópatas que es “Bicho raro”. También nos encontramos con noise pop oscuro -“No aguanto”- y electricidad desbocada al servicio de la melodía en “Placeres de la niñez”.
Un disco realmente recomendable que pasó prácticamente desapercibido para los medios generalistas. ¡Escuchadlo malditos!