Situado de sobra ya su proyecto en solitario, y con dos pruebas previas fehacientes de cómo plasmar su pasión por los ritmos jamaicanos en formato reggae, dub y electrónica, Fermín Muguruza decide imponer un cambio sustancial en su siguiente entrega. De entrada la imposibilidad logística de seguir moviendo a la Fermín Muguruza Dub Manifest, la banda con la que ha trabajado tanto el «Brigadistak Sound System» (Esan Ozenki, 1999) como el «FM 99.00 Dub Manifest» (Esan Ozenki, 2000) por la enorme disparidad geográfica de sus componentes, fuerza cierta reestructuración. Se organiza así la Kontrabanda, formada con músicos amigos, algunos compañeros de proyectos anteriores, con residencias mucho más cercanos entre sí.
El proceso de composición de los nuevos temas se inició con un período en el que Fermín se encerró en solitario en su casa (el denominado Kontrakalea Estudio, un nombre que toma de la calle de Irún en la que vive) con el ordenador, caja de ritmos y demás cacharros. Trataba así de plasmar algunas de las ideas que había ido recopilando durante la gira que acaba de terminar.
El disco se grabó en los estudios Azkárate (Navarra), con Kaki Arkarazo al cargo de las cuestiones técnicas. Pasa por ser el disco más cuidado y elaborado del de Irún. Reconoce que se trata de temas más lentos y pausados pero con el germen de la invitación al baile. Incluyen el scratch como un instrumento más, al que se le unen trikititxa y diferentes teclados, y dotan de un mayor protagonismo y presencia a las voces femeninas en coros de espíritu soul y al ritmo aportado por el bajo.
Melodías suaves, canciones embozadas en suavidad y elegancia cuya intensidad va en aumento poco a poco. Dosis de reggae a ratos de terciopelo («Armagideon tenoreko aztarinak») y a ratos remolón («Beti izango dugu Bilbao»); pinceladas groove «Hiri debekatura bidai xartela» y toques de funk para cantar a la libertad de Leonard Peltier, el activista del Movimiento Indígena Estadounidense. Escuchando «Hasperen» piensas en un número de cabaret.
En el mundo de las comunicaciones, vivimos en cambio víctimas de la postverdad; unos eligen entre business y economy class, mientras que otros escapan en patera. Probablemente sea uno de los discos en los que las letras resultan menos acusadoras y directas, sin perder su capacidad incisiva: «Living la vida loca / Living the wild side / eta kapitalismo basatia (y capitalismo salvaje)«.
Nuevamente un diseño sobresaliente.
Una verdadera sorpresa, una pequeña delicia, Fermín Muguruza sin perder su capacidad de innovación.