«I Was Death For Seven Weeks in the City of Angels» (Chrysalis, 2001) tiene la suerte de contener algunos de los mejores singles de Dover, como la maravillosa «King George», la efectiva «Better day» y «The weak hour of the rooster», consiguiendo ellos tres solitos un disco más que aceptable. Desde luego, era prácticamente imposible repetir un fiasco como el de «Late at Night» (Chrysalis, 1999), pero recién empezado el siglo XXI parecía casi seguro que los días dorados de Dover habían pasado ya.
Aun así, este disco está marcado por las condiciones en las que se grabó, pues la banda no se entendió del todo con su productor y Cristina sufrió una gripe eterna que influyó en su manera de cantar, lo que para la banda supuso un suplicio, pero que le da un toque decadente y extraño al sonido que no acaba de quedar mal. El nombre del disco, de hecho, es un resumen perfecto de la grabación.
Como era de esperar, entre tanta canción (un total de quince) no es complicado encontrar joyas. Desde el esperanzador comienzo, con la rockera «My secret people», pasando por una de las pocas baladas de Dover, «Big mistake», llena de sentimiento y la rabiosa «Death rocker». Además hay momentos puntuales de lucidez extrema, como el punteo de guitarra que se marca Amparo hacia el final de la mediocre «Astroman» o los parones rítmicos y la mezcla de guitarras limpias y distorsionadas de «I hate everybody».
Mención aparte merece «King George», que para servidor es la mejor canción que han hecho nunca los madrileños, un petardazo pop, sin adornos, en el que hablan de Paul McCartney y para la que desarrollan una estrofa que parece un estribillo y un estribillo con coqueteo grunge que les devuelve a sus comienzos de la mejor manera.
Probablemente el fallo más grande del cuarto álbum de Dover sea su excesiva duración y la cantidad de canciones, que provoca que haya demasiada paja. Si uno se pone a contar las canciones de relleno que tiene, salen por lo menos seis, y no merece la pena ni reseñarlas. Eligiendo más minuciosamente el tracklist final, probablemente «I Was Death for Seven Weeks in the City of Angels» habría sido una obra cumbre en la carrera del grupo, pero finalmente se quedó simplemente en un buen disco.