Luis Boullosa vuelve a salir de entre las sombras para entregarnos otra dosis de redención y cura para el alma en forma de disco. Una nueva entrega de Broke Lord, la tercera en tres años. Otro pequeño milagro que colocar al lado de “Death of a Flower” (Discos Belamarh and Gog Artifacts, 2017) y «Nazgul Says» (Gog Artifacts / Orphan / Cosmic Tentacles, 2018).
Un trabajo grabado de nuevo en La Mina (Sevilla) con Raúl Pérez y sospechosos habituales como Macky Chuca (coros), Marco Serrato (bajo), Antonio J. Moreno (batería) o Asier Maiah (guitarras, junto a Juangui Acosta).
Los ingredientes son los mismos de siempre pero el acabado cada vez es más imponente. Las atmósferas oscuras y decadentes crecen, los juegos vocales de Luis y Macky sirven para lamernos las heridas y el cóctel de pop oscuro, rock desde las tinieblas y toques post folk sube de graduación.
A uno le vienen muchos nombres a la cabeza, Nick Cave -«Vermeer Hotel«-, Lou Reed y la Velvet Underground -«Cloudmaker«-, The Angels of Light… y todos buenos. Luis consigue combinar la decadencia y la belleza con el desencanto de la bohemia y las cicatrices que la vida deja en la piel.
El componente emocional es alto, canciones como «Vermeer Hotel» consiguen sumergirnos de lleno en el disco para no soltarnos. Un corte, el inicial, armado con unos instrumentos al servicio de esa atmósfera particular y a veces asfixiante que preside el álbum. Las voces merecen un tratamiento aparte, Luis ha ampliado registros y dado un paso al frente en ese sentido. Macky sigue siendo el contrapunto perfecto.
Los sintetizadores de Raúl Pérez en cortes como «House of the Sun» consiguen trasladarnos a una nueva dimensión, y generar psicofonías etéreas con alma psicodélica y corazón oscuro. Hay momentos en los que Julian Cope se fusiona con Leonard Cohen para juntar los tintes lisérgicos y los bohemios -«Shallow zone«- pero también cumbres borrascosas en las que el sol derrite la nieve -«Abyssinia«-. Y es que «Abyssinia» es enorme. Una cima, un antihimno… la luz.
«Last postcards from O.» es una conexión clara con Australia, una balada homicida con recitado incisivo que se acerca a los Bad Seeds. Otra de las grandes composiciones del disco.
El trabajo más completo hasta la fecha de Broke Lord. Un disco al que volver, un disco en el que refugiarse.