Héroes de Mierda

Certificando que la suya es carrera de fondo, dejando pasar tiempo entre disco y disco, Sutura presenta nuevo trabajo tras las celebraciones de los consiguientes aniversarios. Celebran efectivamente seguir en pie, magullados o demacrados, pero con la misma determinación para lamentarse de que al final, las cosas no terminan de cambiar. Destilan el mismo desencanto de siempre por la impunidad de los poderosos, por el desequilibrio en política internacional en la que es posible bombardear países con el único propósito de buscar petróleo. De esto último es precisamente de lo que tratan en «Héroes de mierda«, el tema que da título a su trabajo.

Lo grabaron en Ijitu Baita, en Oyarzun (Guipúzcoa) en julio de 2014, con Ion de Odio y el propio Endika (guitarra) al cargo de los mandos técnicos. Mezclas y masterización fueron cosa de Lolo en los Corsarios Estudios de San Sebastián un poco después, en septiembre.

Todo apesta, y por ello no es de extrañar que se hable en términos de «mierda» en la mayoría de las canciones. El hastío y decepción para con la realidad política alcanza niveles alarmantes. Se piden piedras contra la Constitución en «Fuego«, todo un documental urbano y diario de manifestaciones como última protesta y las fuerzas del orden público en modo represor; y en «Caza de brujas» se concluye que en realidad, la Dictadura no ha terminado aún. La solución la avanzan con el tema con el que cierran el disco, «Vamos a tomar las calles«, donde se propone la acción directa en un corte lento y con aires de apocalipsis.

Si la crítica contra la policía es manifiesta en «Eternos perdedores«, en «Hasta los huevos» se vuelve himno coreable, buscando quizás el hacerla habitual entre la cuadrilla de amigos como ocurriera con los slogans más famosos de la época de Vómito, Eskorbuto o La Polla Records.

«No necesitas» es dura y cruda, y en «Sin dueño» marcan, incluso con unos coros femeninos de lo más acertado, la línea de separación frente a referencias clásicas del género.

Si bien «Última calada» llama la atención por el punto intimista o personal que parece tener la letra e «Imbécil» por lo que tiene de más superficial o frívolo con respecto a la media del resto del disco, con «Seguimos en pie» se pone en claro cuál es la actitud que Sutura ha ido manteniendo con el paso del tiempo. A pesar de las dificultades y lo desmoralizante de la situación a su alrededor, la banda se mantiene fiel a un compromiso y una manera de entender las cosas, de la relación que debería de entablar el individuo con un mínimo de visión crítica con todo lo que le rodea.