Hermanos Carnales

Hermanos Carnales

Dos hechos marcan la gestación de “Hermanos Carnales” (RCA, 1992), la considerada obra cumbre de los Surfin’: la salida del grupo de José Manuel Ponce, primo de Fernando Alfaro, y la de su manager por problemas de salud. Precisamente, esos momentos difíciles hicieron que los Surfin’ Bichos, ahora tres, echasen los restos.

Tanto fue así, que el tercer disco de la banda de Albacete fue concebido como un álbum doble, en el que se repartirían los temas más directos en el primero, y los mas experimentales en el segundo. RCA no dio el visto bueno a esta propuesta, como no, aunque el título y la idea conceptual se mantuvieron intactos. Los dos ejes centrales, el de grupo siempre unido a la carretera, y el film “Inseparables” (1988) de David Cronenberg, servirían para dar nombre al álbum.

El estilo encarnizado de Alfaro no cesa en “Hermanos Carnales”, e incluso llega a la lucidez insólita tanto musical como lírica en muchos momentos del mismo. Si bien el sonido es más refinado que en “Fotógrafo del Cielo” (Virus / RCA, 1991) gracias a la producción de Steve Gwynn y su ayudante Matt Kemp, quien graba el silbido final de “La estación de las lluvias” y en 1997 sería el productor de “78” (Virgin, 1997) de Chucho.

El disco está plagado de imágenes religiosas, relaciones incestuosas, y al fin y al cabo, amor, intensidad, deseo… una temática ya abordada en su anterior trabajo aunque aquí algo más dulcificada. “Mi hermano carnal” comienza con una línea de bajo que hace volver la vista a lo que estaba sucediendo al otro lado del Atlántico, con una letra con claras alusiones a las drogas (“el gran proveedor“) y al incesto, que comienza con un rotundo primer verso (“Calentaré tu alma fría en las entrañas de un animal, sé que duele, es la vida, sólo la muerte no causa dolor”). La definición perfecta a lo que uno se encuentra a lo largo del álbum, tanto para la sensibilidad pop de Alfaro en “Efervescente, con los primeros coros de Isabel León, como la bossa de “Abrazo en un terremoto”. En la otra parte del alma, se encuentran la introspectiva “Humo azul” y la confesión brutal de “Mis huesos son para tí”.

Fue el primer disco con el que Surfin’ Bichos rozarían las radiofórmulas. El single ¡Fuerte!” llegó a tener cierta resonancia mediática, a pesar de las inequívocas referencias sexuales, pero claro, había un estribillo de quitar el hipo que entraba muy bien en radios comerciales.

Y por supuesto, no faltan las metáforas bíblicas, que se pueden rastrear tanto en “San José Experience” (aunque la letra es de Carlos Cuevas) como en “Hey, Lázaro” con música de Joaquín Pascual. En esta última queda patente además que cuando Alfaro juega con los elementos religiosos puede decir muchas otras cosas, y aquí en concreto parece que habla de una más que probable impotencia sexual de su personaje.

El conjunto de canciones más ecléctico que el grupo ha firmado en su historia también da como resultado una amabilidad pop casi inédita en “Ella y yo”. Lo mismo que la melancolía de “En otoño” con unos arregos de cuerdas que bien podrían habérselos robado a los R.E.M de “Out of Time”(Warner, 1991).

El disco considerado más redondo de Surfin’ Bichos puede estar entre uno de los mejores que se han publicado en la década de los 90 en España, por tres razones: tiene canciones adictivas, de calado emocional, y es un disco que abre nuevas perspectivas para los grupos indies españoles, que ya calentaban motores por aquel 1992.

Grupo:

A mitad de los años 80 Albacete,...

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Tracklist:

  1. Mi hermano carnal
  2. Viaje de redención
  3. Humo azul
  4. Efervescente
  5. Hey, Lázaro!
  6. Ángel transparente
  7. Mis huesos son para ti
  8. ¡Fuerte!
  9. Abrazo en un terremoto
  10. San José experience
  11. No puedes imaginarte
  12. En otoño
  13. Harto de tu amor
  14. Ella y yo
  15. La estación de las lluvias

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