Burning en este disco continúa haciendo lo que sabe: auténtico rock. Cargado en ocasiones de nostalgia y en otras de energía. En general el disco contiene buenas canciones, pero el sonido es algo blando, sobre todo en la guitarra, lo que desluce sensiblemente el resultado.
También hay que reconocer que el nivel de las canciones es algo irregular, pero aún así se pueden encontrar verdaderas joyas como “Tú y yo”, “No pares de gritar” o “Dieron las diez”, por citar algunas de las más conocidas, convertidas ya en clásicos del grupo.
En “Déjate llevar”, “La cabeza se me va” o “Entre tus brazos” practican su típico rock para bailar, con letras intrascendentes alrededor de los tópicos del rock and roll (chicas, noches de fiesta…). Una disciplina en la que Burning son expertos. Por otro lado siguen apostando por las baladas cargadas de emoción, como “Eres para mí”, “Tiempo atrás” o “Vas bien”.
No está entre sus mejores discos, pero encontramos lo que cualquier seguidor de Burning quiere oír de ellos, y lo que el grupo mejor sabe hacer: rock auténtico, hecho con el corazón. Resumiendo, una colección de buenas canciones, aunque el sonido no les hace justicia.