Algo hace de Psicosis Crítica quizás un exponente de aquellas primeras bandas, representantes de una generación perdida, suicida, que hicieron punk en los 80 en las Canarias. Probablemente sea el hecho de que fuera un proyecto resultante de la fusión de dos de esos pioneros, Subresiduos y Hemorragia Sexual; o que sus componentes fueran protagonistas directos de aquellos años vertiginosos que resultaron letales para muchos compañeros de promoción. Por todo ello, contar con un disco con parte de su legado, más allá de las maquetas que dejaran en vida, se antoja casi como un acto de justicia.
El proyecto de grabar los temas que componen este «Hay Gente Que no Escarmienta» se gesta con la oferta realizada por Yotti, responsable de Los 80 Pasan Factura, a Alberto Troll, bajista de la banda. Tras convencer a Juanjo, el guitarrista, se reagrupan con el hermano de primero a la batería y reforzándose con una guitarra extra que tocaría Pepe Serna. Grabarían en casa del bajista, encargándose su hermano de las cuestiones técnicas.
Las letras de las canciones se centran principalmente en la exaltación de la lucha por la libertad personal e individual frente a la propia familia («No hagas caso ni a tu padre / sigue sólo a tus ideas / todos pueden estar equivocados» cantan en «Antilider«), de la sociedad en general («Tu sombra e imagen nada valen ya / Sé parte ahora de la colectividad» en «Acción«) que no duda en utilizar armas como la moralidad contra la persona.
Frente a ello, como defensa, queda mostrarse como enemigos públicos: «Somos los peores delincuentes porque decimos la verdad«, en sus llamadas a la «okupación» («Squat«) o a la rebelión contra los credos establecidos, contra la protección institucional para con la Iglesia: «Ya no nos engañan con tanta fantasía, tanta mentira, tanta falsedad» es lo que denuncian en «Anarkía anticlerical«, dos de las canciones más duras en clave punk-hardcore.
La reacción contra los engranajes y corrupción del sistema viene en «Sistema burocrático» con modos similares a los de Decibelios, cuando cantaban contra todos los políticos o contra el Ayuntament de su ciudad.
Todo el espíritu disidente de las maquetas originales de la banda perdura en esta recuperación de décadas después. En su nueva lectura salen reforzadas las guitarras, como en «Putrefacto«, a mi juicio uno de sus mejores temas y que incluso sobrepasan la frontera del rock duro (veáse el caso de «Están muertos«).
«Putrefacto» y «Radioactividad«, la versión que adaptó Juanjo de los alemanes Slim, con sus tonos reggae, son los apartados dedicados a los holocaustos generados por la acción del hombre en el planeta. El CD incluye una pista con el video de la primera, rodado en su momento, cuando un seguidor de la banda lo presentó a un concurso en Tenerife. El otro videoclip de esta entrega es la versión actual en estudio de «Squat«.
Las derivas a maneras de rock macarra tipo Burning, que muestran en «No hay futuro» no son fruto de la revisión del siglo XXI. Ya la mostraba en la segunda maqueta, grabada en 1989, y que aquí se exacerba algo más al no cantarla Ana, voz principal en aquella época.
De dicha cinta «No Hay Futuro» (1989) eran también «Radioactividad«, «Acción» o «No hay futuro«. De la primera cinta sale por ejemplo «USA«, un bombazo que a pesar de los guitarreos más metaleros de algunos momentos, trae a la memoria aquel «Fuck the USA» de The Exploited.
Suena el disco a reunión de amigos, suena a repaso de un repertorio crudo hace años y que sigue raspando pasadoel tiempo.