Tras su experiencia en la representación de Hamlet y en el grupo Tráfico de Rubíes, en 1987 Rubi vuelve a reunir a la “sección argentina” de Los Casinos originales -Ciro Fogliatta y Tito Larregui-, junto con un nuevo bajista, Óscar Guida y María Sánchez a la batería y, recuperando el nombre de Rubi y los Casinos, graban este disco, editado por el sello independiente Lollipop.
De nuevo Rubi contará con grandes compositores, como Juan Carlos Aured, Nacho Canut y Bazoka Nut (es decir, Los Vegetales), además de la propia Rubi y su hermano Dicky, entre otros, y nuevamente producido por Joe Borsani.
Sin duda es su mejor disco, volviendo a sonidos que le iban mejor, y recuperando un cierto protagonismo con el sencillo «Te podría besar (pero no debo)«, una balada años 60 que se escuchó bastante. Aunque claro, el momento había pasado y nunca volvería a ser igual que su primer single.
Cuenta también con canciones pertenecientes al repertorio de Los Vegetales, como «El sol no es para tanto» o «Hasta que la muerte nos separe«, y un par compuestas por éstos para la ocasión, como la citada «Te podría besar» o «Sin tí«, junto a otras igualmente agradables de pop sencillo, como «Todas las promesas«, de Rubi y Pablo Sycet, o «Hay amores que matan«, compuesta por Dicky junto con Joe Borsani.
Recupera, para finalizar, el disco, «U-cho-cho- ohe-ohe«, una de las canciones procedentes del proyecto Hamlet del grupo teatral GLAD dirigido por Carlos Borsani y estrenado en la sala Rock-Ola, en el que Rubi había participado unos años antes.
Lamentablemente, el disco apenas alcanzaría repercusión, y el proyecto no tendría continuidad.