Antes de dar por finalizada su fructífera relación con la filial de Sony ésta recopiló venturas y desventuras de su trovador maldito. Como todos los grandes hits hay que cogerlos con pinzas, éste tiene el único merito de acordarse de «Tan Raro» (Elígeme, 1988) -hasta seis canciones- y de incluir alguna rareza que, como «Ruanda», merece la pena. También el dueto de Marilyn Monroe está bien, pero lo demás es batante previsible: la inclusión de ocho singles del todopoderoso «Sangre Española» (Epic, 1992), el consciente olvido del maltratado «Las Mentiras del Viento» (Epic, 1995) y una indulgente celebración de «Juego Para Dos» (Epic, 1997).
Independientemente de esto, no deja de ser un buen modo por el que empezar a nadar en las lindes de Manolo Tena e inclinarse por unos u otros senderos en su carrera.
Otro capítulo aparte lo ocuparían las rarezas, que más que rarezas y salvando las ya mencionadas son episodios que hubiera merecido la pena dejar en el baúl: la estúpida «Romperá tu corazón», el lúgubre dueto de «Comprometido», que parece venido directamente de ultratumba; la horriblemente producida «Fui», o la angustiosa «Miel amarga» desmerecen la audaz y valerosa trayectoria del madrileño, indignas como son de sus capacidades.