Dentro de la estupenda colección de singles que lanza Jabalina en el 2011 -cuidadísima presentación, cuidadísima selección y cuidadísima coherencia- no podía faltar Pumuky, si de cantar al amor se trataba. O al desamor y la desazón, que muchas veces, para el caso, es lo mismo.
Así, mientras preparan su siguiente disco con el mismo sello, ya grabado y cuyo lanzamiento se prevé para después del verano, graban en casa tres canciones inspiradas en leyendas populares de amor de las Islas Canarias que de forma oral han llegado hasta nuestros días, además de una cuarta canción titulada «1 minuto de silencio por nuestro amor», que es justo eso… el ruido del silencio en contraposición con el vacío del ruido.
«Gara», «Nira» y «Amarca»; tres nombres de mujeres prehispánicas extraídos de tres leyendas -«Gara y Jonay», isla de La Gomera; «La Pared de Roberto», isla de La Palma; «Amarca», del pueblo natal de Noé y Jaír, Icod de los Vinos, en la isla de Tenerife- que nos traen, de una manera más espacial y amable, al Chinarro más áspero y crudo, al de «La Primera Ópera Envasada al Vacío» (Acuarela, 2001), al mejor Chinarro, vaya -especialmente «Gara» y «Amarca».
El canario nos lleva de la mano al abismo que un día esas islas representaron, con una propuesta tan dulce como una muerte dulce. Tan honda como un abrazo sin fin. Y tan amargo como un beso de despedida.
«No tienes culpa de que todos ellos se despedacen por oler tu pelo…»