Gallegada por ambas caras. La primera, movida por una sarta de tópicos tejidos por Ana y Johnny: verdes montes junto al mar, saudade, lluvia… y coros sobre fondo de pandereta alegre y violines tristes.
Por el otro lado, la inevitable “Rianxeira”, como si el folclore gallego se redujera únicamente a esta pieza a la que absolutamente nada aporta esta versión.