Probablemente, más que un disco de debut para The Moonstones. Los madrileños eran conscientes de la relevancia del envite después del largo camino que llevaban ya recorrido. Por eso no es de extrañar que la apuesta pasara por la visita a la Meca analógica que tiene instaurada Jorge (Doctor Explosión) en Circo Perroti. A Gijón se fueron en mayo de 2010 estrenando además a Santi como bajista.
No quedaron defraudados con la participación del músico, ingeniero de sonido y productor asturiano, quien se involucró como suele en la grabación, aportando su experiencia y encargándose de las mezclas finales.
El disco tuvo ediciones en formatos diferentes: del vinilo se encargó Soundflat y del CD Off the Hip. El diseño de la portada, que deja solo a Farro, cantante de la formación, pandereta en mano, corrió a cargo, a tenor de lo que rezan los créditos, de Gusi.
Ansiosos como estaban de aclarar a todo el mundo de una vez por todas de qué iba el proyecto, Moonstones terminan dejándose llevar por las ganas de mostrar las diferentes vertientes de las que son capaces. Y es que hay mucho más que fuzz, farfisa y fiesta en este disco. Por mucho que le pese a los más recalcitrantes, se disfruta y bien de verás la apertura de miras haciendo convivir garage, beat, psicodelia, aires fronterizos e incursiones en el rock and roll de raíz en los surcos de este trabajo.
Episodios de seducción violenta, de mentiras, juegos de lujuriosa atracción, posesiones adictivas y obsesivas para empezar… Las de «Miénteme» y «Serás mía«, versión esta última del «I’ll use devil» de Thee Milkshakes. Impulsos a base de armónica y un gran órgano.
The Sonics (por supuesto), pero también The Kinks, Los Salvajes, incluso The Animals parecen citarse en «Fuzz, farfisa y fiesta«, una gran coctelera de energía beat de poderosa armónica. En línea no muy diferente discurren «Something cooking» o «Enough«, un tema de los primeros tiempos de la banda, que suena deliciosamente cercano a Los Flechazos en su revisión más actual.
Pensaba yo en la lectura que de ambientes negroides puedan hacer combos nacionales como The Government al escuchar «Unconditional love«, la historia que ingeniosamente compuso Farro para describir el cambio en su vida con el nacimiento de su hija. Desde el grupo se me concede la comparación y se sugieren más nombres para completar: The Delta 72, Tokyo Sex Destruction, Bellrys, MC5.
Parecen también gustar de aires de revisionismo de pop ibérico de los 60 de momentos como «Malo para ti» o «Te morderé«. Este último corte discurre por derroteros diferentes: horror rock para completar la historia de vampiros, reverberaciones surf, The Shadows, y acelerones en el estribillo apoyados en los coros totalmente independientes.
«Wake up» es casi temática vaquera. Quizás sea donde personalmente me atasque algo, pero sobre todo porque es la canción que tiene en su contra el hándicap más duro de todo el disco, que no es otro que preceder a «Todo acabó«, que es una auténtica maravilla. De comienzo enorme, un órgano con ganas de horror-rock, se deja pronto acompañar por un halo de apocalipsis, tremendo e irresistible que te arrastra tanto a atmósferas fronterizas como a la psicodelia más desgarrada. Un tema redondo en el que todo, absolutamente todo -coros, guitarra etc.- contribuye para sumar. Algo más de cuatro minutos que se hacen cortísimos.
«Extraño» termina proponiendo viajes complementarios, por caminos en principio independientes: te puedes encaramar a la montaña rusa de la línea de ritmo principal, dejarte llevar por los requiebros del final o dejarte seducir por los coros. Todo ello en un único título en común.
Rock and roll de vieja escuela, guitarras que suenan a camión, piano de la Norteamérica rockera blanca… Así suena «Nena«: estás buena y lo sabes. Sí, son Moonstones, salvo que sus miembros han querido despedirse dando rienda suelta a todo lo que corre por sus venas. Una impresión que no hace sino confirmarse en «How much» con el que se cierra el álbum
Lo dicho, munición de diferentes calibres la que gastan en «Fuzz, Farfisa y Fiesta», ganas de explorar a la vez líneas argumentales distintas. Absténgase pues reaccionarios de uno cualquiera de los palos que apuntan Moonstones. El resto seguro que lo disfrutará.