No se cansaban de repetir los integrantes de Vigilante Gitano que ellos nunca sacarían un LP, que la suya no era música para el formato largo, que el público se cansaría. Por las mismas desde Rumble Records ya habían anunciado hacía tiempo la intención de cerrar el sello, acabando así una trayectoria impecable en la escena punk rock de espectro amplio y generoso. Y sin embargo, unos y otros se han avenido afortunadamente para reconsiderar posturas y sacar a la calle el debut en vinilo largo de estos ya veteranos madrileños.
Lo grabaron en julio de 2017 (no 2007 como se ha deslizado en la carpeta interior) en los estudios Sónica de Kráter y han aprovechado a las mil maravillas el espacio que les da tener un diámetro mayor de disco. Así la información se extiende más allá de las simple letras de los temas (en el mismo tono ácido e insuperable de siempre) a comentarios sobre cada uno de ellos. Junto a la portada, con diseño de lo que parece un collage de fotos en el interior de unas llamas, para la contra han dibujado una diana de cuervo que picotea los balines que salen de la caja. Y además incluyen, como le gusta a Alberto (uno de los guitarras), unos recortables para montar la escena de intento de linchamiento de la furgoneta del grupo por parte de una masa enfurecida.
Se han despachado a gusto. El comienzo del disco es verdaderamente frenético: desde «No me sale«, o lo que parece ser una guía práctica acelerada de cómo componer una canción de The Urinals hasta la llegada de «Bloqueo en el chakra #4«, todo se sucede a velocidad de vértigo.
Es precisamente este último, uno de los temas con los que Vigilante Gitano ha introducido un punto intimista a su música. Si bien es cierto que esta historia acerca de núcleos de energía ha sido escrita con pocos miramientos religiosos («Cien puntos de punción y ni una explicación«), el caso de «Descompresión» (a mi juicio uno de los mejores momentos del disco) y «Derrumbe«, estratégicamente situadas al final de cada cara, habla de un esfuerzo por tocar fibra sensible, de remover algo en la entraña de tanta chupa de cuero.
No se limitan las referencias musicales explícitas a los californianos arriba mencionados, ya que, por ejemplo, incluyen versión del «Hate the police» de The Dicks. Transforman la letra y la acercan a algo parecido a aquel «Era un hombre y ahora es poli» que cantaban La Polla Records, en modo mucho más mordaz. A su vez dicen dedicar «Descompresión» a los Commando 9mm de «Amor frenopático«, adelantándose a pedir disculpas si es que no consiguen estar a la altura requerida.
Indican en las notas que querrían pasarle el tema «Tertuliano» a Iñaki (López), el presentador de la Sexta, del que conocen sus gustos por el rock and roll. En su letra hay algo del espíritu de «Tu opinión de mierda» de Los Punsetes, aunque ojo, que nadie se asuste, que Vigilante Gitano tiene claro que aún hay tiempo para hacer punk. Así se lo hacen saber a la generación hipster, la que no tiene problema de pasar frío en los tobillos con calcetines cortos. Y por si quedaran dudas dicen haber soñado con el 1977 y Malcom McLaren, citando al mismo Iosu de Eskorbuto.
Siguen sonando como en sus EPs anteriores. En ese sentido, el tono rockero-chulesco de Proxe va como anillo al dedo para temas como «Sin novedad en la frente» («He comprado tu bandera, ya no pienso nunca más«) o como «Cinta americana«, uno de los cortes más reconocibles a ese estilo Vigilante Gitano al que nos referimos de discos anteriores. En el seno del grupo hay quien tiene la convicción de ser precisamente la canción con madera para llegar a hit.
En el pasado apuntaban a los piños de Buddy Holly; en este caso con quien arremeten es contra Leonard Cohen. Lo hacen con el cadáver aún caliente…
Lo dicho, fracasan estrepitosamente en sus predicciones: El LP funciona perfectamente, se han hecho sin problemas con el formato, aprovechando todas sus posibilidades de diseño e información contenida. Yo lo recomendaría sin dudar, también es cierto que habla un incondicional.