Desafiantes, descaradas, guerreras, The Veroñas capturan en su portada el lametón de dedos previo al disfrute personal. Y es que si en su trabajo anterior «Have a Nice Taste» (Autoeditado, 2016), se coló algún tema de simple evasión, las de Guadalajara se ponen manos a las obra en este caso para gritar por su derecho a no esconder ni callar nada.
Grabaron en esta ocasión en Madrid, en el estudio de Edu Molina en Madrid, al que conocen gracias a su amistad con Mady.
Su música es rock grasiento, de stooner americano, el que despliegan en su arranque con «Own right«. Híbrido entre el riot girrl y el grunge de Hole, Babes in Toyland o L7, al que engarzan los vozarrones de sus dos vocalistas, apabullan con «Freedom is ours«, explicando así el porqué de la elección del inglés para sus letras: suenan a banda yanqui de finales de los 90.
Saben girar sin embargo para poner rumbo hacia una vertiente más jocosa y gamberra tanto cuando tienen que cantar, sin esconderse, olvidando pudores y vergüenzas impuestas del pasado, tanto de menstruaciones («Blood party«) como de autoexploraciones vaginales («Chichi chachi«). El puente al ritmo chirl-out de Estrogenuinas está tendido.
Para finalizar «Blame«, en el que cabe el ritmo machacón y de maza pesada junto a coros de un engañoso tono casi infantil aparentemente inofensivo. En su letra el recuento histórico para poner de manifiesto cómo desde Eva y Dalila hasta Yoko Ono y Courtney Love la culpable es siempre la mujer.
Se amontonan las razones para recomendar la escucha de tanta rabia canalizada en canción.