Segunda aparición eurovisiva de Raphael. Esta vez viajó a Viena, de donde regresó con nueve votos y un sexto puesto entre diecisiete participantes. En un festival barrido, de principio a fin, por Sandie Shaw y sus célebres “Marionetas en la cuerda” que casi doblaron en votos al segundo clasificado. También Sandie y Raphael competirían en ventas de regreso a España. Ocupando el de Linares el primer puesto absoluto durante dos semanas y la británica, ocho. Eso sí cantando en español.
Un puesto mejor que el año anterior para una balada más moderna y anodina que “Yo soy aquel”. La interpretación vocal es impecable; sin embargo, no es de lo mejor que salió del creativo piano de Manuel Alejandro.
Tampoco las tres canciones restantes, salidas de la misma pluma, tienen la misma fuerza que los estupendos temas de relleno del año anterior. El tándem Martos-Alejandro empezaba a evidenciar signos de flaqueza. Con todo, uno de los EP más vendidos de la historia de este cantante.