La grabación del que sería el LP de L’Odi Social tuvo lugar tras un período de retiro de la banda en la masía de unos amigos, Mas Palou en Roses (Gerona). Subsistieron allí a base de uvas que había almacenadas en cajas y lograron sobrevivir como pudieron al mes de tramontana que azotó la región. Reconocían cómo les había afectado el viento, propiciando quizás el desquicie que llevó, por ejemplo, a Saina a romper en mil pedazos su batería porque no lograba sacarle el sonido que buscaba. La portada, el título y la dedicatoria a la tramontana por la inspiración hacen referencia a todas estas cuestiones eólicas.
Grabado tras todo ese período de preparación en el que dijeron haberse machacado y dejar listos los temas, entraron en el estudio Sonomanía. El disco lo editaría Basati, fruto probablemente de conexiones abiertas tras las visitas del grupo al País Vasco en las numerosas veces en las que actuaron.
El sonido de L’Odi Social ha experimentado una clara evolución con respecto a las maneras demostradas en los principios. Han abrazado el hardcore de vueltas y revueltas, con paradas repentinas y acelerones. «No olympics«, la canción contra los juegos olímpicos a celebrar un par de años depués en la Ciudad Condal, la misma «Speed«, donde nuevamente redireccionan su interés en la cuestión de las drogas, son ejemplos de la lectura en catalán del hardcore, una vez empapados de las aportaciones foráneas como MDC, GBK y demás combos que pasaron por Barcelona.
Con «Speed» se distanciaban de la postura eminentemente crítica que habían adoptado anteriormente con «Maldita heroína«. La venta y consumo de speed es ahora abordada desde una óptica mucho más neutral, como declararían luego, sin querer hacer juicio alguno de valor, tan sólo limitándose a contar las cosas como eran.
Recuerdan algo en «Lentejas» o en su mención a los políticos de «Zombie slalom» a algunas de las composiciones de H.H.H., junto con Subterranean Kids, el ramillete de lo más granado en el género en esos momentos.
Las canciones se suceden con las letras coreadas entre varios en lo que por detrás una tormenta de guitarras suenan chirriantes unos momentos mientras que se lanzan a culebrear en otros.
«Venga venga, promesas, promesas / Venga, venga, sólo … lentejas» terminan en la canción de dicho título. Ese final y «Ataka a L’Estat«, una de las que más apunta al punk crudo de sus principios, son a mi juicio de lo mejor.
Y si efectivamente el 1992 iba a ser un año en el que protestar, desde Catauña se hizo, además de contra los ya mencionados Juegos Olímpicos, contra cualquier conmemoración del descubrimiento de América. O al menos ésa parece la motivación fundamental detrás de la letra de «Piel roja«.
Disco acorde a una época, a una interpretación de una vertiente del punk en una de las zonas donde más atención recibió.