Poco tiempo después de su primer EP, “Sor Ye Yé / Andando de tu Mano / Ya me Voy / Adivina Adivinanza” (Columbia, 1967), se publica este EP en el que Rachel a explotar sus dos lados: en la cara A, dos temas melódicos al uso, y en la B, dos canciones de temática religiosa. De ese modo, Rachel seguía cumpliendo con el doble papel divino y humano que se su mutación en Sor Ye Yé le había asignado.
La pista principal viene reservada a una canción lenta en tono de reproche con estribillo a voz en grito sostenida en las estrofas por un arpegio de guitarra eléctrica. Más dicharachera resulta "Para qué" , una pieza ye yé con tintes cantamañanistas y ritmo alegre en la línea, por ejemplo, de Karina.
En la cara B dos canciones bien interpretadas trufadas de elementos más o menos eclesiales. La primera de ellas con toques de campanas de amanecer y la segunda con ritmo bailable, pandereta e introducción de órgano litúrgico. Una de esas canciones que proliferaron a mediados de los 60 que querían aunar los aires pop y las letras de corte religioso. Una influencia mundana del Concilio Vaticano II que supuso una cierta revolución en aspectos superficiales de la Iglesia, tales como la música.
El invento no daba para más y, tras tres discos en menos de seis meses, Columbia le dio el pasaporte y para Rachel comenzaron unos años difíciles sin nuevas grabaciones hasta 1970.