En 1975, RCA decide apoyar sin trabas la carrera de Alberto Bourbon y le edita este álbum con portada desplegable, letras de las canciones, cuidadas fotos y otros lujos. El LP se estructura como una colección de canciones de amor teñidas de romanticismo y con unos arreglos de recursos clásicos.
Recorrido lento por unas estrías a veces inquietantes, como «Juan y Manuela» y otras cargadas de nostalgia, caso de «Cuando seamos viejos«. Poemas amorosos de dudosa categoría y un desarrollo de cantante cansado, como si ya Alberto barruntara su retirada del mundo de la interpretación.
Tampoco anda sobrado de repertorio, ya que recurre a regrabar dos canciones de principios de su carrera para reencontrase con sus viejos amigos «Antonio» y «Pobre Juan«, esta vez maqueados con nuevos arreglos, que abundan en esa intima densidad que destila todo el disco. Pocas excepciones encontramos a esto. Tal vez podemos fijarnos en «Brillo de lágrima«, que goza de un dinamismo en la orquestación que se echa de menos en otros temas.
La canción que da nombre a todo el álbum es una balada más cortada con el mismo patrón que casi todas los demás, en la que el inevitable Jacques Brel vuelve a insuflar aire a una introspección personal. De la misma manera, pero con ese aire chulesco de la chanson française funciona «Para cuando sea mayor«, con una letra cargada de ironía, secundada por una música burlona.