Estación. Ida y Vuelta

Grabado tras un proceso largo y arduo, sin prisa, combinando diferentes estudios y emplazamientos para la grabación, el disco de debut de Sastre pone música a Estación. Ida y Vuelta (Ulises, 1930) el libro de Rosa Chacel. La lectura del libro, elegido por casualidad en la biblioteca Jovellanos de Gijón, inspiró al músico a trabajar en un proyecto en solitario con el que componer estas 7 canciones.

«La casa gris» se grabó entre Chapa Ondulada en Xivares (Carreño, Asturias),  el propio Sastre en su habitación y por Diego Reyes en los Shalo Estudios. Este último se encargó igualmente de la mezcla y de colaborar con percusiones. Es una intro perfecta para situar al oyente en predisposición, situando el estado anímico de quien escucha a Corcobado o Nick Cave mezclado con las sensibilidad de MusAñade este contenido. Sastre ha utilizado extractos de sinfonías de Dvorak para el tema.

«Estación» suena fantasmagórica. Grabada por Aníbal Menchaca en La Caja de Músicos tiene un tono etéreo muy atractivo.

La guitarra de primeras de «Ida» recuerda algunos de los momentos más acústicos de Minutemen.

En una obra de gran calado intimista quizá sea en «No vuelvas (a rozarme los labios)» donde más cercano se sienta a Sastre. Se le imagina uno a pocos metros de distancia guitarra acústica en mano. De hecho la grabó con su móvil en casa incluyendo el ronroneo de Andén.

Por ello, los detalles de cierta electrónica de «Conversaciones» pueden entenderse como ruptura, siempre dentro de la suavidad pactada para todo el disco. Es de los temas más ricos musicalmente, con punteos de guitarra eléctrica y  los coros de GAS especialmente sobresalientes como contrapunto a la oferta vocal de Sastre. Se grabó en Meidinerz con Horacio García encargado de cuestiones técnicas y mezclas.

«Vuelta» parece aprovecharse de la brecha abierta por el tema anterior. Rica también en detalles y contribuciones musicales que sacan la música de Sastre del terreno exclusivamente acústico. La grabó y mezcló Pedro Vigil en los locales de ensayo y creación René de Coupaud.

Cierra el disco «Mis protagonistas» donde piano y el plano coral (en el que contribuye una gran lista de colaboradores encuadrados en Al Altu la Lleva) cobran un peso relevante. La voz principal se entrega como nunca a la categoría de narrador aceptando igualmente la generosa ayuda de una nutrida sección de cuerda: Violín de Susana Feito, viola de Naomi Suárez y violonchelo de Andrea Calvo. La grabó Aníbal Menchaca (que también se encargó de los arreglos corales) en La Caja de Músicos y en la casa de Ana Palacio. La mezcla, de nuevo, fue cosa de Diego Reyes.

Un disco cuidado y trabajado que establece un puente interesante con el universo de la novela.