Es Perfecta

Es Perfecta

La maqueta de Francisco Nixon, que se comenzó a oir por Internet, acaba gustando tanto a Siesta, que no se lo piensan dos veces y deciden lanzar ese mismo año este disco de diez canciones, grabado entre primavera y verano de 2006 en los estudios de Paco Loco. Un trabajo más intimista de lo que Fran nos tenía acostumbrados con sus composiciones en La Costa Brava, que en principio estaba preparado para guitarra acústica y voz y que, arrastrando este hecho (para bien), hace que “Es Perfecta” (Siesta, 2006) se nos revele como un tratado indispensable sobre las relaciones, musicado con las melodías y los coros ensoñadores de la Costa Oeste americana, y enarbolando la sencillez por bandera. Eso sí, arropado por una lírica soberbia que queda de manifiesto desde el comienzo con “Nadia”, en la cual se pueden paladear el fino aroma de la melancolía del perdedor que envuelve todo el disco, y la precisión de cirujano con la que Fran apuntala con detalles cotidianos en materia amorosa las historias fallidas. Esos detalles traicioneros que acaban minando una relación: “Llamé y no estabas / me hubiera gustado despedirme”.

“Alumno o profesor“, que tiene cierta cadencia a lo El Niño Gusano, es una canción preciosa, tierna y emocionante -quizás una de las más bellas que haya escuchado un servidor en castellano- que refrenda que no hay vuelta atrás y que los fallos, aunque aún queden esperanzas -como en “Luna de miel a escondidas”: “Si estamos equivocados / por qué soy feliz / si estamos fatal / por qué sonríes asi”- no dan tregua y se acaban pagando. De nuevo Fran vuelve a mostrarse en estado de gracia, de hecho reconoce no sentirse tan bien desde 1993 -como curiosidad, los tiempos del “Pizza Pop” (Subterfuge, 1993)-.

Pero mirar al pasado, y comparar con este, no tiene ningún sentido, y las ilusiones quedan disipadas con unos pocos acordes que empañan nuestros ojos y el alcohol nuestros sentidos: “Quiero amar hasta morir y quiero morir y resucitar”. Fran sólo nos da una tregua necesaria en “La playa de los muertos”, volviendo de nuevo la vista atrás, con añoranza, pero sin tristeza. Al fin y al cabo los bonitos recuerdos perduran y no hemos de deshacernos de ellos, pues también son nuestros. Las dañinas ilusiones se transforman en alegre resignación en las cabareteras calles de Madrid.

Es entonces cuando llegamos a “Me casaré cuando me enamore”, o la perfección pop, en la que, por si fuera poco, nos desvela el secreto de la felicidad, y al contrario que la Coca-Cola, en lugar de guardar con celo el mágico ingrediente, nos lo repite una y otra vez, sin cesar: “Y si me engaña, sabré perdonar / y si me cuida podré enfermar / y si vienen niños, Dios proverá / y si no hay dinero, pues no habrá dinero / y si es aburrido, yo lo haré divertido”. De obligado y diario recitado en las escuelas, lo ponía yo.

Con “Banderas rojas”, Richi (Tachenko), tan sólo colaborador por el momento, se estrena en la composición en el proyecto, regalándonos otra canción de esas en las que es fácil imaginar a niños dando palmas no sincronizadas, adultos bebiendo y silbando, carcajadas de fondo, vino de barrica y tarta. Una delicia que da paso a “Elígeme”, que con metáfora futbolística refleja lo agridulce de tener que venderse uno mismo para que le elijan, sea en el amor, sea en el trabajo.

Cierra este estupendo disco la repicante “Señor”, dónde se le pide a este que venga a nosotros su reino, pero sobre todo, que nos redima de nuestros pecados.

La puesta en largo de Francisco Nixon no es perfecta, pero poco le falta para ello.

Grupo:

La idea de Francisco Nixon surge a...

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Tracklist:

  1. Nadia
  2. Alumno o profesor
  3. Luna de miel a escondidas
  4. Nadie es de nadie
  5. En la playa de los muertos
  6. Vagamos por las calles
  7. Me casaré cuando me enamore
  8. Banderas rojas
  9. Elígeme a mi
  10. Señor

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