Este disco demuestra la evolución de la cantante, que ha ganado en seguridad vocal y que ha pasado de cancioncillas ye yés a temas melódicos más serios y trabajados. Ivana vuelve a lidiar con un repertorio flojito en su mayor parte con origen en Italia y su festival de San Remo. Cuatro canciones un tanto pesadas en sus arreglos e interpretación hechas para el lucimiento de buenas voces de amplia tesitura y potencia vocal. Quiero decir que había cantante, pero no había canciones, todas ellas repetitivas y poco atractivas para el oyente. La excepción puede estar precisamente en el último tema: “Dos veces no”, una canción rítmica del repertorio de la francesa Silvie Vartan con un acompañamiento lejanamente moruno, que rompe un tanto la monotonía melódica de este EP.