Erraien Iraultza

Terminada la etapa con Oihuka, Baldin Bada editaron nuevo trabajo con Esan Ozenki, el brazo discográfico de Negu Gorriak. Mantienen a César Ibarretxe como técnico de sonido para Elkar, que ya se había desplazado a San Sebastián.

No explican los cambios la evolución experimentada por el sonido de la banda, porque más que maniobra imprevista y repentina, el giro decidido hacia el hardcore-fusión, funk, y recuperado a Kandi a los teclados como miembro fijo, una alta dosis de rock progresivo, es más bien resultado esperado por lo apuntado en los discos anteriores. Destapan en su madurez sus mejores bazas como instrumentistas que se desenvuelven sin problema entre maneras de Rage Against The Machine, fusión con tropicalidades, momentos intimistas (como los del arranque de  «Kezko gortina«) o los puntos melódicos de «Konponezina».

Las sinuosidades del hardcore de ida y vuelta, con miles de curvas sonoras, encuentra en el funk-rock prolongación válida; reggae en «Gosea eta heriotza» o «Isilka-Misilka«, aires (franco-)rurales en la letra y música de «Landa ezazu zeure haria» como elementos diferentes en el matraz de experimentación de los de Irún. Vigoroso, casi el tema menos complicado y directo sea «Sutan dago bera«.

Contaban en entrevista a la revista El Tubo que «Isilka-Misilka» se había compuesto a partir de frases hechas tomadas de un diccionario. Posteriormente se percatarían de que Danba había seguido un proceso similar antes.

Si los post-Kortatu Negu Gorriak ponen tierra de por medio de los 80 con nuevo proyecto, Baldin Bada vuelve madura su música manteniendo rabioso el mensaje.