Para este viaje no se necesitaban alforjas. Después de tres años largos sin grabar, Blume reaparece en una discográfica de tercera fila con dos canciones del veterano maestro Gregorio García Segura totalmente alejadas de los gustos juveniles de la época e igualmente alejadas del estilo rocker en el que tan a gusto se movía el cantante.
«Eres mujer» suena a orquestina verbenera con un estribillo pretendidamente comercial que se repite hasta la saciedad. Un cascabeleo inconsistente que, como no podía ser de otra forma, pasó absolutamente inadvertida en el dura competencia del mercado discográfico.
Tampoco es mucho mejor la cara B, que pivota entre la balada ñoña y el coro parroquial.
Como curiosidad, señalar que este disco aparece en su carátula firmado con el nombre y el apellido de José Luis Blume.