Se las prometía muy felices Franciska tras el inesperado segundo puesto conquistado en la edición anterior. Se encargó una canción a una de las compositoras de moda, Fina de Calderón; sin embargo, “Montserrat”, no es otra cosa que una canción turística a la usanza de mediados de los 60. No consiguió siquiera meterse entre las diez finalistas del Festival de la Canción Mediterránea. Y no es de extrañar, pues el tema carece de cualquier atractivo, excepto el de servir de aburrido telón de fondo al naciente turismo de ciudades y monumentos.
Incluye también el disco “Arco iris” que en la edición festivalera había estado defendida por Rosalía y una dicharachera “Muchacho a la medida”, una pieza ye yé pizpireta y divertida que pasó inadvertida, pero que escuchada en la lejanía del tiempo es, con mucho, lo único interesante del EP.