Elvira fue a Benidorm con el tema “No quiero sufrir”, una balada amanerada en la que vuelve a sacar su voz fuerte para un tema de escaso empaque y que es un auténtico puzzle en el que conviven partes gritadas, estrofas suavizadas, un breve recitado y una letra de conformismo ante la ruptura.
“Un regalo” vuelve a la estructura recurrente de inicio lento y disparo en una melodía de corte rápido impulsada por un bajo de sonido algo desagradable y un montón de violines y trompetas pretendidamente pop. La cantante se harta de repetir la sílaba talismán: ye yé ye ye yé.
Ambos números aparecen firmados por Julio Salgado, un compositor del que no poseemos ninguna referencia.
Ninguna de las dos canciones es una maravilla, pero quizá Elvira hubiese merecido un puesto de finalista en la edición ganada contra todo pronóstico por Alicia Granados.