El único disco largo de Juniper Moon llegó en 2002, tras una larga espera. Grabado por Carlos Hernández en el Refugio Antiaéreo de Los Planetas, en Granada, «El Resto de mi Vida» (Elefant, 2002) es un disco muy trabajado, una prueba de fuego que el grupo supera con creces.
El disco se abre con un teclado, el de «No te pongas el sombrero», dejando claro que la banda de punk pop acelerado y adolescente que hacía todo deprisa y corriendo ya no existe. Ahora Juniper Moon han crecido, y parecen tener más claro lo que quieren. Desde la voz de Sandra, menos de niña y mucho más afinada, hasta el dominio de las guitarras y la composición, resultado de mucho ensayo y mucha carretera. Se respiran nuevos aires en Juniper Moon, y la mejor forma de demostrarlo es revisando tres canciones antiguas: «Me siento mejor» es más animada que en «Basado en Hechos Reales» (Elefant, 2000) y suena un poco Planetas, «¿Volverás?» aparece limpia y a dos voces, y «Madrid», canción que apareció en el recopilatorio «Verano del 99» (Elefant, 1999), mantiene su energía, aunque de una manera más controlada. Este nuevo rumbo, además, se resume muy bien en «Solo una sonrisa», hit claro del disco, en el que Sandra cuenta, a su manera, cómo ha evolucionado la banda y cual es su filosofía («ha llegado la hora de mirar hacia delante / de agarrar el volante y saber que ser feliz / solo va a depender de mí / nunca de ti /hoy estoy más segura que nunca (…) No he tenido de pensar ni un instante / hace solo unos días era una pobre ignorante / todo me parecía totalmente excitante»). Así, Juniper Moon dejan atrás, de algún modo, su primera etapa punk.
Con sus temas antiguos regrabados y mejorados, faltaba descubrir qué más tenían que ofrecernos. Y el disco no se queda corto de temazos. Se nota el predominio de ciertas temáticas en las letras, que son mejores que nunca, y el sonido oscila entre algún ramalazo punk, el pop saltarín y el acercamiento sin complejos al indie. La rabia adolescente sigue presente (las cañeras «A veces sí, a veces no», «Insolación» y «Quiero verte una vez más»), así como las canciones de amor imposible y las escenas cotidianas, pero Sandra aborda nuevos temas, como la angustia y el hastío de vivir en una ciudad pequeña («Maldita ciudad», «Puro teatro», el momento más pop del disco), el optimismo ante lo que está por venir («JM y la furgoneta azul», la maravillosa «El resto de mi vida») o las drogas como vía de escape (tratadas de una manera entre hilarante y patética en «Rutina», hablando de tomates y empanadas) Para la edición en 12″, que nunca llegó a editarse, la banda grabó un tema extra, «El último tiro», una defensa apasionada del coleccionismo y el vinilo que se puede disfrutar en «Momentos Perdidos» (Elefant, 2004)
«El Resto de mi Vida» es uno de esos debuts atemporales, que sigue funcionando como el primer día: como un disco de pop con mayúsculas. Sin abandonar sus inicios, pero con las miras puestas en el futuro, Juniper Moon se muestran seguros y a gusto con lo que hacen.