«Tengo que luchar cada vez con el hecho de que la gente se pueda cansar de mí porque cada vez que sacas un disco el efecto sorpresa es menor. A mi favor tengo el hecho de que cada vez tengo más experiencia y se supone que uno cada vez escribe mejor». Y lo cierto es que si algo demuestra este nuevo trabajo de Francisco Nixon, es eso: facilidad para crear buenas canciones incluso con palabras tan poco sonoras como Inditex, Erasmus o brackets.
Lo cierto es que «El Perro es Mío» (Siesta, 2009) no iguala las cotas líricas del soberbio «Es Perfecta» (Siesta, 2006) -era difícil- pero ofrece muchas otras cosas y muy interesantes. Nixon se nos muestra más campechano, menos desnudo en la instrumentación (más La Costa Brava) pero también algo anecdótico en ocasiones, especialmente en la tripleta señalada, no por ello queriendo decir, de nuevo insisto, que se traten de malas canciones. De hecho, destaco «Erasmus borrachas» como una de las mejores del lote, sin dejar pasar por alto eso de «salí buscando un poco de conversación, de esto y lo otro».
Una de las sorpresas del disco es, sin duda, el destape de Richi, que contribuye con tres temas, uno de los cuales, «Nôtre Dame» es simplemente inmejorable. Todo un hallazgo psicodélico y sugerentemente melancólico que no ha de ensombrecer «Reactor nº4» o «Museo británico», sus otras dos aportaciones.
Algo de intimismo le queda aún al bueno de Fran, y la madurez compositiva de este entraña una sabiduría en forma de aprendizaje, como en «Nombres y teléfonos». Pero también son tiempos de celebración y baile -atención a la buenísima «Los viajes de Simbad», que debería ser pinchada ad eternum en todos los bares modernos (y en los no modernos, también).
Se introducen tímidamente nuevos ritmos, como en «Mereces toda mi atención» o en la ya mencionada «Los viajes de Simbad», pero en general se comparten geometrías sonoras con su anterior trabajo, inevitable referente.
El disco, dedicado a la memoria de ese genio prematuramente malogrado, Sergio Algora, no sólo logra no aburrir, sino que permite que se guarde expectación hacia su nuevo trabajo. Además, y esto es muy importante, triunfa en la importante tarea de trascender en varias generaciones, acercándose con su amabilidad y campechanía a los jóvenes más avezados, y conservando entre sus fans a los más puretas de eso que un día se definió como indie.
«Sí, la ropa es de los dos, la risa es de los dos, la playa es de los dos / Sí, la rabia es de los dos, la lluvia es de los dos, el cine es de los dos, el vino es de los dos / Sí, el piso es de los dos, la culpa es de los dos, las lágrimas, ya no…». Y el perro, es mío.