Uno de los singles menos conocidos del cuarteto malagueño cierra su mejor año, 1969. Sin abandonar el trompeteo festivalero y el ritmo alegre del bajo y la batería, Los Gritos se nos ponen trascendentes y casi filosóficos, buscando las raíces del comportamiento humano en “El hombre”, un tema que va a parecerse bastante a las canciones que tres años después interpretaría Manolo Galván en solitario.
En la cara B, una balada de esas que empieza en recitado y deviene en tostón con violines al fondo y voz de timbre romántico e intimista en primer plano. No es que sea una mala canción -tampoco buena-, es que temas similares hemos escuchado miles de veces.