La salida del primer disco de El Hombre Burbuja fue complicada. Una combinación de mala suerte y de mal hacer por parte de las discográficas que querían aprovechar el “tirón” del indie en los 90. A causa de ello, el disco estuvo a punto de no ser ni publicado y dejar sin ilusión a un grupo que comenzaba a dar sus primeros pasos. Sin embargo fue Caroline (ahora Everlasting) la que rescató tanto al disco como al grupo para su catálogo. La portada que salió en la edición de Caroline fue sustancialmente diferente a la que ya tenían incluso editada con Polygram. En cambio, la producción del disco no se alteró y se mantuvo la que realizó un año antes Huw Price, cuyo trabajo en España ha estado relacionado con grupos de la escena independiente como Iluminados. El grupo posteriormente se desprenderá de esta producción muy en boga a mitad de década en España, e incluso, en algunas entrevistas renegarían del sonido del mismo (no así de las canciones).
En cuanto a las composiciones, cabe decir que Julio de la Rosa, o Jul mientras fue la voz cantante de El Hombre Burbuja, es un compositor con la suficiente personalidad como para que se note en cualquier obra en la que participe, incluso en este debut homónimo del grupo. A pesar de que el sonido y los arreglos de “El Hombre Burbuja” (Everlasting / RFTOS, 1999) deban tanto a tótems del indie como Sonic Youth, Pixies y sobre todo, Pavement, la forma de interpretación, la actitud y las letras tienen una personalidad propia. El sello personal que De la Rosa imprime a sus canciones.
Las virtudes de este debut son la energía, y el acierto en algunos de los medios tiempos (“El té de los locos” es lo mejor del disco). Pero se debe tanto a un sonido en concreto que es difícil abstraerse y separar la paja del grano (hay tanto de la una como del otro). Si bien tienen referentes comunes a muchos grupos españoles de la década, la forma de atacarlos resulta similar a la de El Inquilino Comunista (el grupo que mejor dio a conocer a Pavement en este país). Prueba de ello son “Buzos (en la luna)” o “Rey Mugre”, donde roban a Pixies el “It´s educational!” de “ U-Mass” para transformarlo en “¡Es espectacular!”. Si la mitad de los temas lo componen insulsas muestras de indie rock patrio, como la vergonzante “Bashful”, la única en inglés, hay que señalar los temas en los que El Hombre Burbuja se encuentran sobrados. Uno, el citado más arriba, “El té de los locos”, claustrofóbico medio tiempo, de referencias carrollianas, que a pesar de ralentizar el disco, supone uno de los puntos cumbre del mismo. Otra, aunque algo menor, “Donde estás II”, es un clásico instantáneo en toda regla. En “Polen”y “Braile” se acercan en cambio al sonido de los dos discos posteriores, entregándose a una rítmica y un concepto de canción más cercano al de la música electrónica (sin llegar a serlo, claro).
El debut aún se debía, como hemos dicho, a un sonido, a la idiosincrasia del indie de los 90. Sin embargo, y afortunadamente para el grupo, se advierten maneras que indican que llevarán su sonido mucho más allá.