La Stasi, que había tocado poco antes en el mismo Rock Palace en la fiesta de despedida a Vera (miembro como ellos del Colectivo Antiguay) por su marcha al extranjero, buscó de nuevo fecha en la misma sala para celebrar el cumpleaños de Alfredo, antiguay a su vez y responsable de Discos Regresivos, sello en el que siempre ha publicado el grupo. Fue el 25 de enero de 2014, y dispusieron todo para asegurarse la presencia de los más allegados, ya que había intención de dejar el concierto registrado para la posteridad. Tanto preparativo en una banda, de por sí anárquica e imprevisible en sus movimientos, no hace sino despertar por otro lado, todo tipo de sospechas acerca de la continuidad de sus actividades. Tanta suspicacia y oscuro presagio viene a su vez alimentado por el comunicado emitido desde Discos Regresivos anunciando que a modo de cierre de ciclo, con este CD de La Stasi -y un par de cosas más- quiere parar, al menos de momento, la edición discográfica.
Con estos mimbres el trío se arropa jugando en casa para despachar una lista de más de veinte temas extraídos de la totalidad de sus vinilos, maquetas -«W.C.» y «Ceaucescu» por ejemplo sólo salían en su primerísima maqueta «La Stasi» (2002)- e incluso de recopilatorios: «El bingo» estaba en «Killed By Qué? Vol. 2» (Hillside Strangler, 2005) y «Sigo soñando en Madrid» en el CD con fanzine «No Queremos Vuestras Playas» (2014).
La Stasi es una banda capaz de hacer un pelotazo de canción a partir de una historia de estreñimiento en su visita a Italia, de facturar temas que suenan como The Exploited cuando en realidad lo que les gusta son Los Flechazos y de demostrar una inusitada violencia para romper con una novia, mofarse del cine español o criticar los deportes de riesgo.
Reservaron los temas clásicos «Con La Stasi no follamos» y «Mi novia es un travelo de Montera«, con el que cerraron la actuación, para la participación sobre el escenario de los más acérrimos. Unas tablas desde las que Demi pedía cuidado con los micros, respeto para el grupo que estaba «muy concentrado» en lo que tocaba, o cerveza cuando la voz no le daba para más. Emilio por su parte, aprovechaba casi cualquier excusa para llamar «hijo de puta» a todo el que se movía y José explicaba defraudado lo poco que han follado con el grupo.
Este directo no es sino una reunión de amigos pasándolo bien grabado por Adolfo (Juanita y los Feos) técnico del Rock Palace y que luego masterizó para el CD. Poco o nada detallistas con cuestiones de calidades de sonido, el disco habla más del cachondeo del momento entre banda y público que de virtuosismos musicales. Con todo, temas como «Insulta y huye«, «La casa de Kambo» o «Tiburones en el Manzanares» siguen siendo enormes en su versión en directo.
Y no, aunque lo parezca, la foto de la portada no es de un francotirador rumano o ucraniano, sino que fue tomada mucho más cerca, en pleno suelo patrio.