El Cielo se Hace Pequeño

Preceptos Devotos dejaron tras de sí únicamente el maxi «Bajada de Anfetas» (Twins, 1985) como testimonio sonoro de su música. Y no sería porque no fueran lo suficientemente activos, ya que habían registrado un par de maquetas y entraron a grabar en el estudio Central de Sevilla con idea de sacar un disco grande. Eso sí, como el resultado de aquella sesión no les dejó convencidos, la cosa quedó en nada.

Sin embargo, se han concedido una segunda oportunidad. Animados por una reunión del grupo para participar en el evento Alegres Tiempos celebrado en el Teatro Cervantes de Linares junto a varias bandas de pop rock de la ciudad de los 80 y 90, acordaron hacer una labor de recuperación de entre el no despreciable repertorio que había quedado inédito y olvidado.

El disco es el resultado de una labor ingente de trabajo sobre los temas originales, regrabando todo a partir de las líneas del material conservado. Canciones extraídas de las maquetas salvo «El cielo se hace pequeño» y «Yo vivo en el techo» que pertenecen a la sesión fallida en los Estudios Central de Sevilla para el Lp frustrado.

Si el ya mencionado Bajada de Anfetas realmente aclaraba poco, salvo su portada, de la razón del nombre de la banda, este El Cielo se Hace Pequeño tiene en su comienzo argumentos suficientes para aportar algo de luz sobre la cuestión. «El buen camino», «El cielo se hace pequeño» o incluso «Yo vivo en el techo» tienen menciones más que de sobra a detalles de temática religiosa con las que se comprende la metamorfosis desde Semáforo (el nombre original del grupo) hasta el definitivo Preceptos Devotos. Igualmente en este caso la portada también ahonda en la cuestión, con el ángel yaciente.

«Me asusta, es horrible» es puro 80 oscuro, un ejercicio delicioso de after punk de aquella época llevado de manera sobresaliente por una guitarra y un teclado acertadísimos. Podría incluirse perfectamente en el repertorio de Parálisis Permanente o los Pegamoides más negros.

Atrapa la dulzura exquisita de la mayoría de las canciones. Las guitarras de «Yo vivo en el techo» y sus melodías vocales, sobre todo en los coros, la convierten en una pequeña maravilla. Otro de los momentos más intensos del disco.

Igualmente en el comienzo, con los ya mencionados «El buen camino» o «El cielo se hace pequeño», a uno le viene a la mente casi de forma inmediata Inoxidables, aquella banda de universitarios en Salamanca que tejían atmósferas que parecían facturadas en el sello 4AD.

«Vidas en común» y «Aquellas jornadas calurosas», el tema con el que se cierra el disco son nuevamente ejercicios de pura nostalgia de los 80.

Se agradece de veras el esfuerzo por sacar a la luz todo este material que reafirma y afianza ese puesto que Preceptos Devotos se merecía junto a proyectos como Alphaville, los primeros P.V.P. o Polanski y el Ardor, por ejemplo, y que sin duda hubieran logrado de haber publicado todo esto en su momento.