Que en un disco de Los Putos Frimans, banda que vio su primera formación reforzada con componentes de Bit Of o Alborotador Gomasio, anden involucrados, entre sellos, responsables de la grabación y modelos para la portada gente de A.V.T., Morroplastia, colectivos antiguays, el fanzine 1 Minuto de Gloria, Discos Regresivos etc… puede significar dos cosas: una, que en parte de la escena punk madrileña se vive cierta endogamia, siendo siempre los mismos los que la agitan; o dos, que partiendo de sitios diferentes, esos mismos protagonistas, terminen alineándose en la misma dirección para completar el puzzle musical alternativo. Me consta que en este caso, hay mucho de esto último, con todo lo positivo que esto significa.
Y es que los mimbres de este «El Arte de no Conocer a la Gente Correcta» (Discos Regresivos, 2015) tiene entre otros a Mielda Records (ahora ya Grabaciones Corruptas), esto es Jaime y Txus, como responsables de la grabación que tuvo lugar en el invierno de 2014 en el Rock Palace; los mismos que estaban detrás de «No Queremos Vuestras Playas» (2012), la recopilación-fanzine de bandas de Madrid. Ambos son componentes de A.V.T., como lo es Eva, que es la que aparece en la fotografía de la portada.
Con ellos, los Frimans han grabado un sencillo que reincide en muchos de los parámetros de sus discos anteriores, como el de letras escritas principalmente hacia la segunda persona del singular, reafirmando así las ganas de hacer reaccionar o pensar al que escucha con un discurso directo, cortante. Dejan además lo musical para un segundo plano, cifrando todo en composiciones directas, a golpes de spoken-work salvaje y apresurado. Así al menos transcurren «Como tú» y «Nosotros sólo tenemos esto«, con coros que secundan la violencia al microfóno del Mulo y en las que las guitarras al final planean simulando atmósferas de Dead Kennedys.
Pero la novedad sobreviene con las melodías vocales del corte que da título al disco (todo un acierto en la ironía del estribillo y de proclamas amargas como «Tratar todo el rato de ser humilde / Pero al cabrón siempre le va mejor«) y sobre todo con los efectos de «No somos ciervos«. Los reverbs y delays que introduce la guitarra de Marco suman para hacerla, a mi juicio, una de las mejores canciones de la banda.
Parecen tener todo en su contra y sin embargo, de alguna forma, Los Putos Frimans siguen incombustibles en su discurso inárquico.