Con alma de poeta… escribe sus canciones. Y con aire líricamente dramático comienza la música de este primer disco de Deneuve. «El Amor Visto Desde el Aire» (Grabaciones en el Mar, 2002) es un disco de pop, un pop que pretende ser melancólico y lluvioso, emocionante, basando en historias románticas y arreglos, un disco de amor. De relatos comunes que se vuelven exclusivos en cada uno de nosotros. Del amor que duele, del amor que sabe bien, del amor que termina, del que no llega a serlo. En definitiva un disco conceptual que, dividido en cuatro capítulos poco diferenciados, se mueve en torno a esas cuatro palabras.
Pero «El Amor Visto Desde el Aire» quizá es una perspectiva complicada y pretenciosa. Deneuve consigue un sonido atrayente y tierno, que debería tomarse en pequeñas dosis. Resaltan pinceladas hermosas de instantes perfectos, pero que no duran más que eso, un instante.
Y uno se ve de pronto en la rueda giratoria, caminado sobre el mismo suelo una y otra y otra vez. Pero aunque sea así apetece darles una oportunidad, y desahogarse de todo y quedarse tan sólo con lo sencillo, lo íntimo, lo fundamental, lo que importa. Y eso es Deneuve, un sonido que ya pasó, que ya no tiene sitio, pero que se necesita.