Domenica Modugno se convertía en el dueño de San Remo al vencer allí por segundo año consecutivo. Su representante en España, José Guardiola, se apresta a traducir a español (también lo haría al catalán) su “Piove (chao chao bambina”, con acompañamiento costumbrista que incluía una orquesta, un piano y un toque canalla de acordeón. Versión correcta sin más de nuestro crooner y una nueva muesca en su revólver de continuos éxitos.
Música romántica en las restantes pistas con una cuasi tropical “Quisiera”, una desgarrada y bastante plumbea balada italiana en “Yo” y un guiño al swing con “Boquita de rosa”. No está entre lo mejor de Guardiola, pero sirvió para que su nombre y su voz siguieran sonando a todas horas por las emisoras de radio de la época.