A estas alturas la idea de que un grupo de rock grabe un disco en formato acústico no es precisamente original, pero hay que decir que Burning llevaba con esta idea en la cabeza desde hace muchos años (cuando aún estaba Pepe Risi en el grupo).
No por poco original el disco es una obra menor. Al contrario, el nuevo enfoque de las canciones del grupo imprime una nueva dimensión al repertorio, con un resultado excelente. Así pues, homenajeando una canción de Chuck Berry: “Sweet sixteen”, el grupo selecciona dieciséis temas del repertorio de la banda y los interpretan en formato acústico.
El repertorio abarca desde su primer LP “Madrid” (Ocre, 1978) hasta el último disco con Pepe Risi “Sin Miedo a Perder” (Surco, 1998), aunque la mitad de las canciones pertenecen a su época gloriosa, cuando Toño Martín aún estaba en el grupo.
Una de las sorpresas positivas del disco es la recuperación de algunos de sus temas clásicos que no formaban parte del repertorio habitual de la banda en los últimos años (“Madrid”, “Lujuria” o “Nena”).
Siguiendo su estilo habitual Burning ataca las canciones de una forma directa, cruda, sin florituras y con una gran efectividad, por eso no se pierden en arreglos superfluos. Las canciones suenan naturales, sin artificios. Algunas de ellas casi no se diferencian de las originales (“Como un huracán”, “Ojos de ladrón”, “Una noche sin ti”), pero algunas otras ganan en matices al darles el enfoque acústico, como es el caso de “Jim Dinamita”, “Las chicas del drugstore” o “No es extraño que tú estés loca por mí”.
El disco cuenta con la participación de músicos como Tito Dávila, Ñaco Goñi o Quique González (que canta en “Esto es un atraco”).
Este es por lo tanto un disco tremendamente atractivo para sus seguidores, en el que se pueden apreciar desde otro punto de vista algunos de los clásicos de Burning, con un resultado excelente, lo que habla muy positivamente del nivel de sus músicos, que saben extraer el alma de las canciones y transmitirlas de un modo directo y fiel al espíritu de las grabaciones originales.
Para disfrutar.