Nuevo disco producido por Trabucchelli; en esta ocasión para los arreglos, además de con Márquez y el propio productor, se cuenta también con Bebu Silvetti, el cual trabajará en el futuro en varias ocasiones con Paloma y que aquí se explica en la orientación disco de diversas canciones para que encajen con el perfil elegante que transmite la artista. Son estas, de hecho, las que constituyen lo más interesante del álbum. El atrevimiento de adaptar “El manisero” a la discoteca sin que resulte grosera o ridícula es remarcable. Con respecto al anterior álbum, este tiende más, digamos, a la lentejuela, que hoy genera una imagen indudablemente hortera pero con buenos resultados en diversos momentos.
Las baladas son otro punto bien trabajado en este álbum, con momentos brillantes en las dos canciones que cierran el álbum; otras alcanzaron un importante éxito, caso de “Donde vas”, que fue una de las preseleccionadas para el Festival de Eurovisión de aquel año, pero especialmente notable fue en Latinoamérica, motivo por el cual lanzó un álbum expresamente para dicho mercado, “Beso a Beso… Dulcemente” (Hispavox, 1978).