Con este sencillo comienza una serie de sencillos de Ismael que se vendieron bien y en los que el componente religioso se hace patente en la obra de este cantautor, que viviría entre 1971 y 1973 su época más popular.
«Dónde vas, carpintero» es en origen un poema de la poetisa Gloria Fuertes, al que Ismael puso música a ritmo de marcha. Arreglos orquestales cuidados que no afectan en demasía el ambiente folk que informa toda la canción. Una especie de villancico reivindicativo que glosa la figura de Jesucristo desde un prisma laboral y contestatario. Algo así como una canción protesta navideña. Seguramente, se trata de la canción más conocida de Ismael, aunque esa popularidad se deba, en parte, a la versión que los chicos de La Pandilla hicieron de la misma. Personalmente, creo que no le faltan atractivos, pero que supone una banalización del estilo purista que hasta entonces había caracterizado a este autor.
En la cara B, un tema propio de ambiente casi industrial, que narra la espera de quien nada tiene que esperar en una estación ferroviaria. El tratamiento de la voz, convertida en mecanismo, es ciertamente muy original.