Si algo es «Donde Ríen los Locos» (NOLA, 1987), es original. Un disco pionero en la escena española, que introduce a los ritmos ochenteros matices étnicos y tribales, que en su momento suponían una auténtica marcianada y que llegarían a causar furor, alcanzando quizás su punta de lanza en la ínclita canción «(Nothing but) flowers» de Talking Heads, editada un año después que este disco.
Comienza el mismo con «Piel tabú«, una suerte de «Tigre bengalí» de Tino Casal con el «Dancing Queen» de ABBA, impregnado en unos ritmos que por momentos recuerdan a lo que los chicos de Radio Futura estaban haciendo con el rock, aunque con africanismos.
La fusión de estilos -los ritmos ochenteros, sus arreglos típicos, sus sonidos metálicos entremezclados con cánticos y percusiones tribales- dan lugar a un disco lleno de africanismos, que se sugieren desde la portada, y que son más que evidentes cuando se llega a «De esa manera«, muy representativa de lo que estamos hablando, pero que alcanzan quizás su máximo esplendor en la buenísima «Plata y tequila«, canción optimista y de celebración.
Sin embargo, hay también espacio para electro-pop ochentero, y de ello no nos podemos precisamente quejar: «Pensando en verte (o en no verte)» es buenísima y, aunque no tiene mucho que ver con el resto del disco, da fe de la calidad del mismo, así como de la época y el contexto en el que se sitúa. Una canción brillante con una interpretación y un ritmo sublimes que bien podría haber firmado La Mode, Ultravox o Talking Heads. Casi lo mismo sucede con «Dando vueltas a la escena«, con desarrollo de guitarras trepidantes, netamente ochenteras y oscuras a lo The Cure.
Un muy buen disco por descubrir, en definitiva. La edición en CD incluía dos temas más, «K’ob nombela» y «Sed de ti»«.