Durante 1960 van a poner cuatro extended play en el mercado. Esta sobrexplotación va a dar casi al traste con la carrera del dúo, que junto a alguna canción remarcable, va a grabar otras realmente mediocres, pero la discográfica sabía que tenía un gran producto en sus manos y quería rentabilizarlo a toda velocidad. Salvo por una muy buena versión del hit de Neil Sedaka “Oh, Carol”, que la pareja dinámica recrea y amolda a sus voces y su estilo con gran acierto, el resto es perfectamente olvidable.
Señalar que también aquí la pista cuatro; es decir, la última canción del disco, está reservada a un tema propio que no pasa de mediocre.