Menos de un año desde su formación es lo que tardó este grupo alcarreño en entrar en el estudio de grabación para dar forma a éste su homónimo disco de debut. El álbum, que fue autoproducido, vio la luz gracias al sello discográfico Grabaciones El Coyote. Dicho sello fue creado por Michel Molinera que fue cantante del grupo Canallas y que ha lanzado a otros grupos como Los Reconoces.
En su primera grabación el grupo se decanta claramente por el rock urbano tomando como claros referentes a grupos cabeceros de la escena como Extremoduro o Platero y Tú, o de los, en esos momentos, emergentes Marea. Nada extraño ya que solían hacer alguna versión de los dos primeros en sus primeros conciertos.
Por lo que dicho esto, está claro que nos vamos a encontrar con muchos rifs de guitarra, baterías aceleradas y letras crudas y directas. Despistaos cantan a las heridas que vuelven a abrirse cuando ni siquiera han cerrado las anteriores. Por términos generales el disco no tiene nada de original, ni una gran producción y suena bastante monótono, pero tampoco podemos pedir mucho a un grupo que, como ya hemos dicho, apenas contaba con un año de formación.
A pesar de esto hay algunos temas destacables que les auguraban un buen futuro. Canciones como “La noche en vela” o “Soportales” son perfectos ejemplos de lo asimilados que tenían a sus referentes. Pero también en el álbum hay hueco para temas con una vena más lúdica como “Ponme de beber” o “En la nevera”, este último con un estribillo de lo más coreable por las masas.
Ya hemos dicho que se les auguraba un buen futuro, pero cuando llegaron al cruce de caminos eligieron el otro lado y ya nunca más se supo de este sonido crudo que tantas alegrías les había dado. Ya que con el boca a boca se dieron a conocer y llegaron a girar con gente de la talla de Marea o Fito y Fitipaldis.