En el 2012 David Miranda presenta su segundo EP. En este caso se trata de una colección de historias de fantasmas y asesinatos narradas en forma de canción, inspiradas en el género de las “murder ballads”. Todas ellas grabadas entre Bangor y Rachub, en una habitación, a lado de las montañas del norte de Gales.
Nueve composiciones sencillas e íntimas, armadas con guitarras acústicas y la cercana voz de David, entre las que se incluye una versión muy personal del «Folsom Prison blues» de Johnny Cash.
Composiciones como «The house» y «Holcomb» ponen de manifiesto la facilidad de David para tejer melodías desnudas con cadencia folk. El tratamiento de las voces, desnudo y cercano, haciendo uso de coros que arropan las melodías, pone luz en las tinieblas -«Shades«, «L’Ankou«-.
El cambio principal que percibimos en su sonido es un mayor oscurecimiento con respecto a su anterior entrega, «Don’t Change For Anybody, I Won’t Change For You» (Discos Perdidos, 2010).