Si es extraño que un grupo saque su primer LP casi veinte años después de empezar a tocar, también es bastante sorprendente que el disco sea, al menos por ahora, póstumo. Aunque “De Vuelta a Casa” (La Casa Usher, 2006) es más bien el legado definitivo de La Casa Usher, con todas sus canciones emblemáticas recogidas y puestas al día. La voz de Txarly ha madurado mucho en todo este tiempo y la música es menos enrevesada, aunque sin perder la inmediatez.
“Fredo el Carnicero” sigue siendo el mismo, un tipo que se gana la vida de una forma bastante especial: “El hospital esta muy cerca y tú sabes cómo entrar /algo en un sobre cierra un trato que parece legal / es carne muerta, desperdicios, quién se va a preocupar”.
“El soldado Kraler” (tema inspirado en una obra de Bertolt Brecht), no ha cambiado nada con el paso de los años, y todavía es aquel soldado que “como tantos otros y sin saber muy bien por qué / se fue a luchar por el Kaiser”.
Tampoco pasa el tiempo por “Carroña” (cuya letra es casi netamente fiel al poema de Baudelaire), para la que los Usher grabaron un videoclip conmemorativo.
El disco incluye también algunos temas que no habían aparecido antes: “Inmortal” (psicodelia afterpunk), “Sangre fría” (a golpe de wah-wah) o “El gato Germán” (imagínate a Alien Sex Fiend haciendo música fronteriza).
La puerta de La Casa Usher se cierra a partir de este momento. Es difícil saber si sus habitantes han muerto o simplemente están durmiendo.