Con ese mismo nombre carnívoro y metálico, que el gran poeta de Orihuela dejaría fijado en el imaginario colectivo, llegaba en 2008 el debut de Cuchillo. Un disco homónimo que también con una potencia sonora, dulce y brillante supuso el deleite de numerosas orejas de dentro y fuera del país.
Compuesto por once temas, el álbum alterna el inglés, lengua del rock según comenta el propio compositor, Israel Marcos, bilingüe en francés y que no descarta la presencia de este idioma en futuras composiciones, con el castellano, su lengua materna. Ciertas vistas al krautrock de aquella Alemania de los 60, conjugadas con la psicodelia más folk y nombres como The Velvet, Syd Barrett, los Beatles más experimentales o Robert Wyatt, pueden definirse como el resumen de su música. Una fórmula que les llevó a ser vistos como reinventores, sin intención alguna por su parte, de estilos y sonidos patrios.
Si vinieron para aportar nuevos aires o no es algo superfluo que no importa. Cuchillo creyeron en sí mismos, y motivos tenían. Qué más da el resto. Sus canciones dieron vida a un disco visual y nacido de la mismísima Gea. Canciones, historias, que dibujan un paisaje en sí mismas, repletos de colores, aromas, luz y estados anímicos. Ante ellas uno parece sentirse desnudo y volverse hacia esos instintos más primigenios que nos llevan en loco arrebato a revolcarnos con la misma naturaleza; la banda sonora de un poema de D. H. Lawrence, de un despertar íntimo.
Contando con la colaboración de su productor, Paco Loco, en el tema “It will be ok”, sus composiciones se basan principalmente en la tensión de una guitarra, los arreglos ensoñadores de violín, ocarina, harmonium, y el ritmo aportado por la imprescindible percusión, animando a respirar de nuevo, a seguirles allí donde nos quieran llevar, a pensar que todo puede ir a mejor. Un disco verde y anaranjado donde cabe la esperanza, y la deresperanza. Dualidad.
Regresando a aquellas palabras del poeta, que más decir que: “sigue pues, sigue cuchillo / volando, hiriendo, encantados de recibir ciertas cuchilladas.