No es buen momento para el rock español: ya apenas suena en radios ni aparece por las listas de éxitos.
Es entonces cuando Loquillo concibe la idea de reivindicar su trabajo y el de alguno de sus compañeros de generación. grabando un disco en directo en un club imaginario llamado «Dino’s Lounge«, en el que recoger sus canciones más cercanas, en una línea más country o folk, para escenarios pequeños, tratando de crear una atmósfera de club privado e íntimo al que invitar a unos buenos amigos, los «Compañeros de viaje«, a participar de una fiesta.
Para ello, se decide invitar a músicos como Jaime Urrutia de Gabinete Caligari, Aurelio Morata, Carlos Segarra y Dani Nel.lo de Los Rebeldes, Pepe Risi de Burning y Ramoncín, además de Gabriel Sopeña y Los Trogloditas, reforzados por los hermanos Mauricio (con el acordeón) y Liba Villavecchia (y sus saxos). El concierto tiene lugar en la sala Bikini el 21 de diciembre de 1996.
Hasta aquí, muy bien. Pero, al final, las cosas se desvían bastante de la idea original de Loquillo, y se termina convirtiendo en un álbum doble, al que se le añade un primer disco, titulado «Loquillo y Trogloditas en Directo» con un concierto de Los Trogloditas en el que repasan a toda máquina y con un sonido un tanto embarullado (como ya parece ser habitual en sus grabaciones en vivo) su repertorio más reciente, intentando, eso sí, que las canciones que entren nunca antes se hubieran grabado en directo, y ya relegada a un segundo plano, en el disco 2, la idea original, el mencionado «Dino’s Lounge» más intimista, con los músicos invitados. La idea tal vez es más comercial pero desvirtúa por completo la idea original con la que se concibió el proyecto.
De hecho, el segundo disco parece mejor cuidado, mejor mezclado, tratado con más cariño.
En el se incluye el repertorio más country e intimista, con la novedad de una versión de «Me & Bobby McGee«, la canción de Kriss Kristofferson que hizo famosa Janis Joplin, adaptada e interpretada junto con Gabriel Sopeña.