Cuarta entrega Ruxe Ruxe, once nuevas composiciones que la banda presenta como “once pensamientos en venta. Once ideas pequeñas y retorcidas que se cambian por dinero e que nunca estarán de saldo. Once principios escritos en papel de fumar y que arden entre los labios mientras enervan tus argumentos. Comercial eres tú comprando nuestra alma”. Se producen nuevos cambios, entran Martin Zapata (guitarra y coros), Oscar Nanuk (bajo) y Álex Sevilla (batería), saliendo Alberte, Tonecho, Cándido y Marcos Colomar.
Abren con la fácilmente asimilable “Comercial”, un corte de estribillo efectivo: “E esta canción non é comercial pero a nós danos ighual” y mucha dureza si uno lee entre líneas: “ Xan tirouse pola fiestra / estaba ata o carallo de durmila siesta / facía quince dias que o botarán da empresa, e o despido libre non pagha a hipoteca”. Su sonido se suaviza considerablemente y su mensaje pierde fuerza. Canciones como “O home do tempo” no tienen el calado de “Mar endiante” o “Mil-homes circo”. Eso sí, se vuelven más accesibles. En “Macacos” prima la poesía sobre la instrumentación… “Eu teño billetes que sempre destiñen / e un feixe de reloxos que nunca coinciden. Eu ghardo palabras que nunca hei dicir / e colecciono versos que para nada han servir”.
“Estas balas” es un western de aldea, un duelo polvoriento con alma costumbrista: “Ten coidado co meniño ghaiteiro, que tralo seu punteiro hai un artilleiro”, y “Ié-Íé”, un rock facilón que no termina de funcionar. “Morreu” y “Neve” consiguen elevar el listón a base de saudade. “Xo” tiene una instrumentación eminentemente tradicional aderezada con guitarras eléctricas y coros proletarios. Aunque nos depara algún buen momento, estamos ante la entrega más floja de la banda.