El último disco de estudio de Cicatriz estuvo rodeado de polémica desde el principio. A la hora de confeccionarlo no estaba claro siquiera que fuera Natxo el cantante de las canciones que sus compañeros andaban grabando sin él en el estudio. Una vez grabado el álbum, el grupo perdió el control del correspondiente máster, que quedó en manos del sello Area Creativa. La edición que sacó esta compañía no gustó nada a la banda. Entre otras cosas porque hecho a espaldas suyas, no recibieron dinero alguno por ello. Con una distribución mínima, fue un disco del que pocos superion al principio. Natxo comentaba al respecto con enfado en una emisora navarra que pensaba sacarlo también en su sello Zika Records. Y lo hizo, le cambió la portada y le añadió dos temas más con respecto a la edición original (cuya portada se muestra en la reseña): un instrumental y "Aprieta el gatillo".
La portada de la primera edición mostraba un trabajador del sector metalúrgico. Aunque en el caso de Cicatriz podría venir a ser una alusión al viraje hacia el metal que había dado la banda, lo cierto es que igualmente hubiera podido ser utilizada para un trabajo de El Aviadro Dro y sus Obreros Especializados.
Se grabó en los estudios IZ de San Sebastián con Kaki Arkarazo como ingeniero de sonido, que figura además como responsable de la producción y arreglos junto a Pedro Landatxe y Goar Iñurrieta. Precisamente es el propio Goar el encargado de la música de la mayoría de las canciones, compartiendo autoría con Pedro y/o Pakito en algunos casos. Para las letras, sin embargo, la alternancia es mayor, quedando hueco incluso para Juanjo Eguizabal, que firma él solo "Colgado por ti", "Hay que joderse ¡Qué bien se está tumbao!" y "¿Mujer de frío metal?"
Y para que no quede lugar para la más mínima duda, las hostilidades se abren con el tema que da título al álbum, un auténtico ejercicio de rock pesado para describir los juegos de palabras entre los equilibrios de Natxo con la soga al cuello y los requiebros que sufre por una mujer. Plomo pesado que sigue con "Hipocresía" donde la oferta de guitarras parece ampliarse con una slide de comienzo.
"Hay que joderse ¡Qué bien se está tumbao!", es un gran tema. De temática similar al "Tumbado a la bartola" de Siniestro Total por ejemplo, salvando las distancias estilísticas.
"Vicio en el servicio" comienza con unos requiebros funk, quizás para ambientar una posible fiesta, de la que Natxo huye entrando en el servicio. Las galopadas de la guitarra te hacen ver rápido que no se trata del servicio de señoras al que se refería Almodovar y McNamara, precisamente. Natxo recalcó sentirse muy reflejado con sus salidas nocturnas.
Cicatriz nunca anduvo con muchas lindezas en lo referente al trato con las chicas (veánse los problemas que tuvieron en asociaciones feministas). En este disco la cuestión se aborda más desde el estereotipo de rockeros cantando a mujeres imposibles, de corte y rasga … "Colgado por ti" era un ejemplo, y "¿Mujer de frío metal?" puede ser perfectamente otro.
Con "Wendy" se empieza insinuando también la asociación con una mujer que sin embargo termina siendo una pistola.
Ejercicio de comercio solidario en "Guerra en Colombia", donde se toca el asunto del narcotráfico y la posible explotación del mismo. Metal pesado de fondo para tan profundas consideraciones.
Más guitarrazos de alto octanaje para "No me jodas más". Una apisonadora, hasta el receso para guitarras describiendo los rasgados y arabescos del género. No está mal. La letra es para una separación "cojo mis cosas y me marcho de aquí".
El disco se cierra con la que fue la última canción que compuso Pakito. Era "Pacto con el diablo". Variante más relajada del hard rock (parecen Kiss) acepta incluso un breve rapeo de Natxo en un par de ocasiones. Termina con unos punteos y desgarros guitarreros inesperados.
Disco que no desmerece para nada en intensidad en su música. Cabe tan sólo lamentar o disfrutar, de ti depende, de la variante que ofreció Cicatriz en el ocaso de su carrera. Asimilado el cambio, el disco tiene momentos muy brillantes.