Si decimos que este CD absolutamente instrumental contiene éxitos de los 50 con la guitarra eléctrica como protagonista y que su artífice es Eduardo Bartrina, a todos se nos vendrán a la cabeza The Ventures, The Shadows, The Spotnicks, etc. En esta ocasión ese apriorismo es erróneo. “Cleaning Up” (HMR, 2012) supone un alejamiento de lo que Eduardo había hecho al frente de Los Jets o en solitario. Una música instrumental sí, pero basada en temas cantados y con pocas connotaciones del típico rock instrumental.
Cuando temas concebidos para voz solista se pasan a instrumentales, se corre el peligro de repetir la melodía de la estrofa y el estribillo hasta aburrir al oyente, que, desposeído de la letra, escucha una y otra vez la misma línea melódica. Y ahí está el acierto de este CD. Bartrina utiliza breves improvisaciones de apenas dos o cuatro compases, enlaces y licks de guitarra para destruir esa monotonía, sin desvirtuar la melodía principal. Esos detalles conforman verdaderamente el estilo de este músico, que cumple con la más ortodoxa armonía y que, como en sus últimos discos, toca todos los instrumentos, incluyendo esta vez los teclados.
Cumpliendo con los cánones de los viejos long play de vinilo, incluye doce números. Diez de ellos son temas bien conocidos de Elvis, Everly Brothers, Frankie Avalon, Little Richard… Los dos restantes son piezas compuestas por él mismo. Se hace difícil deslindar unos de otros, pues nos encontramos ante un trabajo en el que el concepto y el sonido se anteponen al contenido.
Puestos a elegir, me quedo con ese vibrante inicio del más puro rock and roll de “Wake up little Susie”, un tema de Everly Brothers, luego recreado por Simon & Garfunkel, interpretado con gran limpieza y un ajuste rítmico perfecto que convierten una sencilla cancioncita en una pieza de rock de cámara. También me gustan mucho las aportaciones con que Eduardo enriquece dos temas románticos por excelencia: “A summer place” y “All I have to do is dream”. Sobre todo en el primero de ellos, el despliegue técnico y los arreglos son sobresalientes y quizá representa mejor que cualquier otro, el nuevo sonido de este viejo zorro.
El guiño a su viejo repertorio instrumental viene de la mano de “Sleep walk” , original de Santo & Johnny. El punteo de guitarra y el posterior trabajo de estudio con el sonido lo convierten en una de esas guitarras lloradas, al estilo de Strings a Long y otros grupos pioneros. Al fin y al cabo la melodía la llevaba en la versión original un steel guitar. Es uno de los temas en que la artesanía del sonido y las horas de estudio se ponen de manifiesto.
De los temas propios, podemos destacar la soñadora “Autumn rain”, una introspección personal de su autor guitarra en mano.
Parte del sonido que luce este disco se debe a algunos de los instrumentos utilizados en él y a la paciencia del trabajo de estudio realizado por Eduardo. La guitarra principal utilizada ha sido esta vez una Gibson Les Paul Special de 1955, aunque por razones sentimentales, su instrumento preferido –y usado en esta grabación- ha sido el bajo Fender Jazz de 1967, uno de aquellos bajo cucaracha, llamados así por la curvada pieza metálica que protege su puente. Un bajo que José María Picatoste, de Los 4 Jets y Los Jets, regaló a Eduardo poco antes de su muerte.
“Cleaning Up” supone un trabajo impecable e implacable con el que Eduardo Bartrina se aleja de antiguos presupuestos y con el que nos propone otra manera de entender la música instrumental sin alejarse de las creaciones de los pioneros del rock. Un trabajo de artesano que se escucha fácilmente, pero detrás del cual hay muchas horas de dedicación y estudio.
